Reaccionar.

Para mucha gente debe resultar un fiasco que el tema de las declaraciones de Susana Giménez sigan dando vueltas por los medios. Pero yo creo que, aunque sea alarmante la liviandad con que algunos programas tratan el tema, sería realmente preocupante si estas palabras desafortunadas no hubieran causado ninguna repercusión.

Personalmente desapruebo totalmente la acción de la conductora, a diferencia de la mayoría de las personas que declararon en televisión y piensan que la reacción de Susana es justificable por su estado de conmoción emocional y que cualquier persona en su lugar hubiera actuado de la misma manera.

Sin embargo, desde mi punto de vista, esto no es tan así, en primer lugar hay que considerar que Susana no es “cualquier persona”. Afortunadamente o no, ella es un referente popular y por lo tanto debe pensar muchas veces lo que va a decir ante un micrófono porque eso va a tener, irremediablemente, una repercusión en el publico que puede ser poco deseable como la que ha ocurrido.

Por otro lado, si bien es cierto que ante la perdida de ser querido de esta manera todos le desearíamos lo peor al agresor, no todas las personas serían capaces de hacer las declaraciones que hizo la diva.

Para graficarlo tenemos el ejemplo de Estela De Carloto, cuya hija, como tantas victimas de régimen militar, fue torturada, desaparecida, separada de su hijo, con el agravante que hasta el día de hoy la madre no puedo encontrar su cuerpo, no tiene una tumba para llevarle flores y aún busca a su nieto.

No puedo imaginarme cuan doloroso de be ser no saber donde esta el cadáver de tu hija y saber que tenes un nieto al que no conoces que quizas este mal y te necesite. Sin embargo, llevando tanto sufrimiento a cuestas, jamás se la ha escuchado una declaración del tenor de las que se viene escuchando el los medios esta semana. Por el contrarío, ella lucha para que las ejecuciones y torturas que se dieron en esa época nefasta del país no se vuelvan a repetir por ningún medio, no importa cuan culpables o inocentes sean los juzgados, la muerte no remedia nada y nunca es algo positivo.

Sé que al no haber vivido una experiencia semejante no tengo derecho a juzgar a nadie porque no sé realmente como podría llegar a ser mi respuesta ante tales hechos pero me quedo con las palabras de Fernando Peña: hay que reflexionar y no reaccionar.